Dear Families,
In honor of Banned Books Week, I’d like to plant the seed of critical thought and invite you to join me in an important conversation.
This week presents a unique opportunity for families to discuss with children the value of thinking critically about the world around us—including the books we read and the ideas we encounter. Rather than simply accepting or rejecting information at face value, we can teach our children to ask questions, consider different perspectives, and form their own opinions.
Consider some examples of these challenged or banned books in our country:
The Lorax by Dr. Seuss has been challenged for its environmental message, with some viewing it as anti-logging or anti-business propaganda. This story offers a chance to discuss environmental stewardship, economic needs, and how we balance competing values.
Charlotte’s Web by E.B. White has been challenged for its portrayal of talking animals, with some viewing it as religiously disrespectful by giving human characteristics to animals. This is an opportunity to discuss friendship, loyalty, and the circle of life, while exploring different perspectives on literature and imagination.
In Our Mothers’ House by Patricia Polacco has been banned for its portrayal of same-sex marriage and LGBTQ+ families, although could open doors for conversations about diverse family structures and the importance of hearing stories different from our own.
Our Skin: A First Conversation About Race by Megan Madison and Jessica Ralli is currently banned in many states for its approach to discussing race with young children. This book provides an opportunity to talk about how we address difficult topics with age-appropriate honesty.
In this age of social media algorithms that often feed us only what we already believe, and in a world that feels increasingly divided, I believe that freedom of speech and the ability to make informed decisions critically may be among the most important lessons our children can learn. When we teach children to think rather than what to think, we empower them to navigate complexity, resist manipulation, and engage thoughtfully with a diverse world.
I invite you to keep this trend of book banning in mind as your young reader blossoms. Ask your children what they think about the books they read. Model curiosity and critical thinking and most importantly, trust in your child’s ability, with your guidance, to engage in ideas, ask hard questions, and grow into thoughtful, independent thinkers.
Our democracy depends on citizens who can think critically, listen generously, and speak their truth with courage. Education begins at home, in our schools, and in the pages of books—even, or perhaps especially, the ones that challenge us.
With gratitude for this community and our shared commitment to our children’s growth,
Estimada Comunidad,
En honor a la Semana de los Libros Prohibidos, me gustaría plantar la semilla del pensamiento crítico e invitarles a unirse a mí en una conversación importante.
Esta semana presenta una oportunidad para que las familias discutan con los niños el valor de pensar críticamente sobre el mundo que nos rodea, incluyendo los libros que leemos y las ideas que encontramos. En lugar de simplemente aceptar o rechazar información sin cuestionarla, podemos enseñar a nuestros niños a hacer preguntas, considerar diferentes perspectivas y formar sus propias opiniones.
Consideren algunos ejemplos de libros cuestionados:
The Lorax (El Lórax),Dr. Seuss ha sido cuestionado por su mensaje ambiental, ya que algunos lo ven como propaganda anti-maderera o anti-empresarial. Sin embargo, esta historia ofrece la oportunidad de discutir la administración ambiental, las necesidades económicas y cómo equilibramos valores en competencia.
The House on Mango Street (La casa en Mango Street),Sandra Cisneros ha enfrentado cuestionamientos por su representación de la pobreza y la identidad cultural. Abre puertas para conversaciones sobre experiencias diversas y la importancia de escuchar historias diferentes a las nuestras.
In Our Mothers’ House (En la casa de nuestras madres) de Patricia Polacco ha sido cuestionado por su representación del matrimonio entre personas del mismo sexo y las familias LGBTQ+. Abre puertas para conversaciones sobre estructuras familiares diversas y la importancia de escuchar historias diferentes a las nuestras.
Our Skin: A First Conversation About Race (Nuestra piel: Una primera conversación sobre la raza) de Megan Madison y Jessica Ralli ha sido cuestionado por su enfoque al discutir la raza con niños pequeños. Esto proporciona una oportunidad para hablar sobre cómo abordamos temas difíciles con honestidad y compasión apropiadas para la edad.
En esta era de algoritmos de redes sociales que a menudo nos alimentan solo con lo que ya creemos, y en un mundo que se siente cada vez más dividido, creo que la libertad de expresión y la capacidad de tomar decisiones informadas de manera crítica pueden estar entre las lecciones más importantes que nuestros niños pueden aprender. Cuando enseñamos a los niños a pensar en lugar de qué pensar, les damos el poder de navegar la complejidad, resistir la manipulación y comprometerse reflexivamente.
Les animo a usar esta semana como un punto de partida para la discusión. Visiten su biblioteca local juntos. Pregunten a sus hijos qué piensan sobre los libros que leen. Modelen la curiosidad y el pensamiento crítico en su propia vida. Lo más importante, confíen en la capacidad de su hijo—con su guía—para comprometerse con ideas, hacer preguntas difíciles y convertirse en pensadores independientes y reflexivos.
Nuestra democracia depende de ciudadanos que puedan pensar críticamente, escuchar generosamente y expresar su verdad con valentía. La educación comienza en casa, en nuestras escuelas y en las páginas de los libros, incluso, o quizás especialmente, en aquellos que nos desafían.
Con gratitud por esta comunidad y nuestro compromiso compartido con el crecimiento de nuestros niños,
Angela Kidd